jueves, 15 de diciembre de 2011

Gimnasia para el CEREBRO


Recientemente estuve leyendo un artículo con este título en el libro “Hábitos inteligentes para tu salud” de Joseph Comellas. Comellas es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. En el libro se plantea que: en la medida que envejecemos, se van afectando nuestra memoria, inteligencia y humor. La velocidad de funcionamiento de nuestro sistema nervioso central disminuye, así como también el número de neuronas. Las personas se hacen mas depresivas, pierden memoria, tienden a confundirse, disminuye la capacidad de reacción y hay mayor dificultad para pensar.

A pesar de este panorama tan sombrío, hay algo que podemos hacer: unos hábitos de salud sanos para mejorar el pronóstico. Si mantenemos el cerebro en forma puede que su rendimiento disminuya con el paso de los años, pero probablemente se mantendrá por encima de la media.

Actualmente, se reconoce que el ejercicio físico constituye una buena terapia contra la depresión y los cambios de humor. Mientras mayor sea el consumo energético de kilocalorías por semana, aumenta el porcentaje de reducción de riesgo de sufrir depresión.

Parece ser que la memoria que aprendemos y utilizamos a los pocos días (memoria reciente) es la que se afecta con la edad. La falta de utilización y de práctica de retos para el cerebro lleva implícito una pérdida de la inteligencia. Muchos ancianos sufren frecuentemente depresión y ansiedad por problemas económicos o de salud. Esto influye negativamente en su función mental, lo cual se puede acentuar más si no hay una interacción social adecuada. Por ello, intenta tener una vida social activa.

En el artículo se menciona un estudio realizado en la Universidad de Mariland, EEUU, dirigido por el doctor Brad Hatfield, en el que un grupo de hombres con una edad media de 66 años tenían que resolver una serie de problemas sencillos. La mitad de ellos eran activos físicamente y la otra mitad, sedentarios. Durante la realización del test se observó que los hombres en mejor condición física tenía una menor actividad cerebral y por ende, se fatigaron menos.


La serotonina, dopamina, norepinefrina y endorfinas son neurotransmisores que están relacionados con el buen humor y nos hacen sentir enérgicos. Sus niveles suelen estar bajos en personas depresivas. El ejercicio cardiovascular produce aumento de estos en el cerebro, por ello, practicarlo mejora nuestro humor y estado de ánimo.

Con el aumento de la actividad física y la mejora del rendimiento cardiovascular, la cantidad de vasos sanguíneos que llegan al cerebro aumenta. Un estudio llevado a cabo por W. Greenought y J. Black sometía a ratas a un período de entrenamiento cardiovascular. El resultado fue un incremento del flujo sanguíneo cerebral de un 20%, así como un incremento de las sinapsis interneuronales.

No fumar, una hora y media de ejercicio cardiovascular acompañado de una dieta baja en grasas, consumo moderado de alcohol, técnicas habituales de relajación, lectura cotidiana y no dejar de aprender cosas nuevas te permitirá disfrutar de una vida lúcida.

El artículo termina con una frase de Thomas Jefferson que dice “si nuestro cuerpo es débil, nuestra mente no será fuerte”.
FUENTE: Inspirulina (Facebook) Fecha: Miércoles 14-12-2011 Autor: Agustin Sequera